Pablo deja al pibe con la suegra porque a la popular todavía no, viste, cualquier quilombo, todavía es un pibe y mejor no. Cualquier quilombo, viste, para qué. Si total. Pero Pablo va, sí, deja al pibe con la suegra pero él va, quizás la cuestión sea sólo no amargar al pibe, a ver si se le ocurre que mejor hacerse de otro equipo que gane más seguido y menos poco, que mejor ni se entere, si total.
Es pesimista a veces Pablo pero algunos dicen que tiene razón, que no puede ser, que tanto tiempo y que tanto burro, que ya no hay decencia, que ya no hay wines, que para qué, si total. Ni choripanes hay, podés creer. Me dijo el Negro el otro día, ¡nos chorearon hasta los choripanes de la cancha, nene!, así me dijo, entre indignado y cagándose de risa de la miseria, de la miseria cultural me dijo, me gustó lo de cultural, por eso me acuerdo bien que me dijo eso. Y tiene razón, nos afanaron hasta eso. Cómo convencés a tu pibe para que se haga de tu cuadro si somos boleta sábado por medio y encima no tenés a qué carajo ponerle chimichurri. Y sí, mi viejo me convenció así, qué querés que te diga, no tengo historia en contarlo. Justo le admitía eso al Negro el otro día, que yo me hice hincha de Ferro por el choripán de la cancha. Coca y chori, miércoles a la noche, un empate pedorro contra ni me acuerdo quién ni por qué fecha ni en qué año, ni siquiera puedo jurarte que haya sido cero a cero, pero de lo que sí me acuerdo es de la coca y del chori que fuimos a comprar en el entretiempo, bajando prudentemente los tablones, sí, sobre todo los de abajo que son mas anchos, viste, hay que tener cuidado con esos porque venís embalado pensando que tenés el timming y no, le errás al cálculo y de trompa al piso, a mi viejo le pasó, hace años te digo, yo todavía ni existía, o eso me dijo que le pasó para meterme cagazo, no sé, tanto tiempo.
Por suerte nos afanaron todo menos las ganas, viste, están en eso igual, pero las ganas todavía las tenemos, mal que mal acá estamos, mirá, ahí viene Pablo, viene sin el pibe, te dije, lo deja con la suegra, a ver si nos comemos un pesto como el del otro día de nuevo y el pibe se amarga y dice que quiere hacerse hincha de, no sé, Victoriano Arenas, Español, Ñubels, qué se yo, viste como son los pibes.
Pasa que claro, los pibes todavía se guían por los numeritos, bah, por los numeritos o los choripanes, por eso estamos jodidos ahora, porque ni una ni otra, pero nosotros que peinamos canas ya estamos jugados, venimos con el envión, por costumbre, no sé porqué, pero las cosquillas en las tripas a la mañana las sentí, qué te reís, ah sí, sonó medio puto, ya sé, pero vos me entendés. Yo le dije la otra vez a Pablo, acá un día van a poner palos y van a empezar a jugar al rugby, vamos a putear un par de semanas y después nos pondremos a festejar cuando la tiren por arriba del travesaño. Y a dejar el laburo por el equipo de rugby, y a la jermu, y al pibe con la suegra y lo que se te cante el quinto forro de las bolas, es así, porque somos hinchas de los colores, entendés, de-los-co-lo-res, no de los jugadores ni de la hinchada ni de los técnicos, no, ni de los numeritos ni los choripanes, aunque no te imaginás lo que pagaría por uno hecho mariposa ahora que estos hijos de puta nos embocaron de nuevo y hay que sacar del diome.