Hacemos un check list (cómo le gusta decir a los fanáticos de la lengua inglesa) y una vez que lo tenemos vemos el resultado final
Veamos:
- El mejor defensor afuera, una hora antes del partido por un tema estomacal
- El nueve titular lesionado y el nueve que lo reemplaza (que no es nueve) también lesionado
- Un gol a los 15 segundos del primer tiempo sin que ningún jugador propio haya tocado la pelota
- Barraza de árbitro con su habitual inoperancia, localismo, cobardía y estupidez supina, cosecha de lo mejor de la huerta de infradotados que cultiva Beligoy
- Visitantes, lo que hace que lo de Barraza se multiplique por 100
Resultado final=…Ganó Ferro
Si estas condiciones las hubiera enunciado hace unos meses, el resultado final ya sabemos cual hubiera sido. En esta versión 2023 del Gordo Cordon, nada es cómo era.
Salimos con Jachfe al arco, línea de cuatro con Grana, Faggioli, Alvarado y Rodríguez. Cuatro en el medio con Campos, Machado, Erbes y Moreyra. Arriba Nuñez y Palacio.
La formación de Aldosivi, Aquaman, Jaques Costeau, Tiburón, Delfin y Mojarrita…que se yo cómo formaron estos muertos que no fueron capaces de acreditar periodismo partidario de Ferro porque tenían “todas las cabina ocupadas con transmisiones partidarias” a un promedio de, un medio partidario por 0,87 hincha de Aldosivi.
Cómo decíamos en el “check list” a los 15 segundo ya perdíamos 0-1. Sacaron del medio, un poco tocando bien y otro poco nosotros marcando mal, llegaron hasta el borde del área, para que uno de ellos saque un disparo, que puede estar 150 años intentando y no le sale nunca más, que se mete junto al palo de Jachfe.
Un gol tan de entrada y en el fútbol argentino, dónde cuándo uno hace un gol, enseguida le tira la responsabilidad al rival, pareciera algo que nos complicaría el resto del partido, sin embargo, nos benefició.
Porque nos obligó a no estudiar que iba a hacer el rival y salir a buscar el gol desde el minuto 1, y nos bastaron 10, para darnos cuenta que ellos más que un tiburón, eran un pescado frío y enlatado.
Moreyra toma la batuta y se asocia con Campos o con Machado, para generar juego. Muñoz encara de afuera hacia adentro y Palacio hace lo mismo y los defensores de Aldosivi no los pueden agarrar.
No hacemos un equipo corto, lo que permite que cuándo los externos se hacen internos, pasen Grana y Rodríguez. Cuándo perdemos la pelota hay dos y hasta tres de verde presionando para la recuperación post perdida. Ellos sienten la presión y a lo único que atinan es a saltar líneas y apostar a un billete del Quini y ver si les queda alguna, pero Alvarado esta vez está atento a los pelotazos y despeja lo que ellos tiran.
Faggioli, unos metros más adelante se suma a la recuperación en el medio y todo es de Ferro que, de a poco, se acerca al arco de ellos.
Nos falta la última, el pase final o entrelíneas que nos permita generar el desequilibrio, así todo lo tiene Nuñez después de una apilada.
Somos prolijos, jugamos corto, buscamos sociedades y el empate está al caer. De un córner, después de una tapada del arquero a una apilada de Nuñez, llega el gol. Centro desde la derecha, Erbes duerme a su marca y de cabeza pone el 1-1.
El empate es justicia, pero seguimos igual, mordiendo en toda la cancha, con Moreyra, Campos y Palacio desequilibrando en cada mano a mano.
El segundo gol es una muestra de lo que jugó Ferro en ese primer tiempo. A pura pelea, trabar con el alma, la pelota le cae a Campos que le pega cómo viene y la clava en el ángulo.
Un 2-1 que es justicia y justicia también es que el primer gol del pibe sea de esta manera.
Para el segundo tiempo es normal que bajemos el ritmo, por un lado porque ahora la responsabilidad de buscar el resultado es de ellos y por el otro que el despliegue y el ritmo del primer tiempo pasa factura.
Ellos se nos vienen, si somos finos e inteligentes podemos liquidar el partido. No pasamos grandes sobresaltos, pero los que pasamos los resuelve de manera excepcional Lucho Jachfe que se muestra seguro cuándo le patean de afuera y cuándo tiene que descolgar los miles de centros que tiran ellos al área.
Los marplatenses mandan a Curuchet a la cancha y si lo menciono es porque gordo, después de clavarse un litro de tinto y fumarse un 43/70 sigue mostrando que es un gran jugador.
Desde sus intervenciones se ve el poco peligro que genera Aldosivi, porque juega solo rodeado de 10 pescadores de mar.
Entre el mencionado y el imbécil de Barraza, siempre con sus fallos localistas típico de la carrera de sorete mal cagado que ha sido su constante, nos complican un poco el partido. Y acá una observación ¡No podemos ser, por momentos, tan ingenuos!
Desperdiciamos posibles contras o retención de pelotas que tranquilamente podríamos haber liquidado el partido. Cordon manda a Galetto x Campos 37st Retamar x Núñez. El pibe para sumar en el medio y Retamar para aprovechar la velocidad.
No sale mal, porque Galetto ayuda a Machado en la retención en el medio y si bien Retamar no recibió tanto juego, tuvo una con un claro penal que el cafiolo del árbitro no cobra porque el jugador salió vivo.
El partido se muere con Ferro aguantando sin sufrir y desperdiciando una contra ¡Sin arquero! que es para decirle al Pichi ¡Dale cómo podés jugarla a la punta cuándo lo tenías a Moreyra solo por el medio!
Solo queda tiempo para que Barraza intente más que Aldosivi e invente 2 minutos de adición cuándo Erbes caía en el campo de juego por una lesión en el hombro ¡Faltando 30 segundos!
Victoria fundamental para borrar el mal trago del empate con los impresentables “Deportivo Penal Para Riestra” y dando una nueva muestra de carácter.
Este equipo tiene cosas que no han tenido otros equipos. Actitud de morder en todo el campo, no darse por vencido ante la primer adversidad, jugar con intención de visitante y por sobre todo, salir adelante en todas las canchas.
Si regularizamos y nos hacemos fuerte de local, el futuro puede ser muy promisiorio.
