Hay que ir muy atrás y ni siquiera sé si es del todo así, para encontrar una situación tan irregular en el fútbol de Ferro.
Lo más parecido que encuentro es el descenso de primera al Nacional B, cuándo asumió Perico Pérez, dijo que no íbamos al descenso y se fue, llegó Castelli y cumplió el vaticinio.
Desde esa época que el fútbol profesional de Ferro no estaba tan “descolocado” por decirlo de alguna manera
Y aun así sigue siendo extraño que esta sea la introducción para el comentario de una victoria de visitante que engarza la segunda victoria consecutiva. Lo extraño es el contexto, un DT que ya lo expresó claramente en el programa amigo del “Show de Ferro” no le parece que este sea el proceso correcto para el fútbol, que ya dejó claro que no quiere dirigir y lo hace por el compromiso que tiene con el club y sin embargo en tres partidos, lentamente endereza un barco que se iba a la deriva.
Mientras tanto se barajan los nombres más dispares para hacerse cargo de un banco de suplente, que a esta hora, se parece más a una silla eléctrica.
En Santiago, con orden, entrega y porque no, algo de suerte, Ferro se trajo tres puntos que en este campeonato payasesco lo pone a dos puntos del reducido y a tres del descenso directo.
Salimos con Jatchfe al arco, línea de cuatro con Grana, Arena, Alvarado y Rodríguez. Cuatro en el medio con Moreyra, Machado, Erbes y Campos. Arriba Herrera y Díaz.
La formación de Mitre con, extrañamente, ninguno que se llame Bartolomé ¡Hubiera estado bueno! Ellos se lo pierden.
Siempre el gol cambia todo lo planeado, y si encima es casi de vestuario mucho más. Salvando las enormes distancias, el gol es la prueba de lo imbécil que es el postulado que dice que para jugar cómo Guardiola necesitas mucha plata (Típico comentario de DT con olor a meo que te hablan con el pucho de costado mientras te dicen “Pibe el fóbal es sencillo…”), porque es simplemente jugar con precisión y dársela correctamente a un compañero. Eso hace Ferro en una de las primeras jugadas del partido, moverse, tocar de primera con precisión y generar espacios. Así queda Herrera mano a mano con el arquero y define fuerte al medio. 1-0 y a ver que pasa.
Y lo que pasa es que nos ordenamos para jugar de contra, le damos la pelota a Mitre que se pregunta para que carajo sirve esa cosa de cuero, si bien nos crean una situación clara con un cabezazo que pega en el travesaño, el resto es pura impotencia y centros a la olla que descuelga Jatchfe (de buen partido) o Arena saca de cabeza.
En la faz ofensiva, la verdad la verdad, mucho no generamos. Si bien somos un equipo compacto y corto, cuándo tenemos la pelota no hay mucho juego asociado. Moreyra intenta conectarse pero no tiene con quien jugar. Hay si arrestos individuales de Díaz o del propio Herrera que nos demuestran que los dos centrales de ellos están para encararlos y hacerlo pasar papelones, pero no encontramos la manera.
En el fondo tenemos algunos problemas por derecha, pero Arena siempre está justo para los relevos.
Las únicas nuestras son algún tiro de lejos, las de ellos mueren todas en intenciones.
Si a eso le sumas un árbitro “saca partidos” de esos que todo forcejeo cerca de las áreas son faltas en ataque y que se esfuerza para que todo pase lejos de los arcos, el partido es de malo a pésimo y ¡A quién le importa si los tres puntos se están viniendo para Caballito!
No van a cambiar mucho las cosas en el segundo tiempo. Los santiagueños arrancan queriendo cambiar la suerte del partido, pero a los 10 minutos ya están de vuelta en la carencia de ideas y no saber que hacer.
Nosotros ordenados en lo defensivo, pero poco agresivos no aprovechamos lo que puede generar Diaz o Herrera que cada vez que encaran ganan.
Cordon manda a Palacio por Campos y el ex Independiente de Mendoza vuelve a pagar. Aguanta una pelota en el área y cayéndose define cruzado para poner el 2-0.
Sensación de partido liquidado, para ellos el gol es golpe de KO y para nosotros un poco de tranquilidad. El Gordo manda a la cancha a Nuñez y el “resucitado Galetto” par tener la pelota y hacer pasar los minutos.
Si el partido ya había sido malo, ahora directamente y por voluntad nuestra, es un bodrio en dónde uno adivina que podemos jugar hasta fin de año que el resultado no va a variar.
Segundo partido ganado al hilo, seis punto de nueve que pudieron ser siete si no hubiera entrado ese tiro libre no ya de otro partido sino de otro campeonato y que nos costó la derrota hace dos fechas.
De a poco Cordon va dándolo una impronta. Por ahora, en un equipo que había mostrado espantosos errores defensivos, ordenándolo y logrando que ya, cada pelota al área no se transforme un parto de nalgas.
¿Es muy desatinado pedir que se respete el trabajo del DT, que se le de la libertad de hacer lo que sienta y no interferir en su tarea? Hoy pareciera que no lo es tanto, hasta se podría decir que es lo hay que hacer.
De a poco el Gordo empieza a sentir el equipo cómo propio, la ausencia total de candidatos para cubrir la vacante de técnico, que antes parecía un problemón, hoy ya se va aliviando.
Se viene un partido que puede marcar una definición a la situación. Chacarita llega primero, invicto y además jugando bien (algo que el 99% de los equipos de esta categoría te la deben). Ver el desarrollo de ese partido, no solo el resultado, puede servir para definir de una vez por todas que queremos.
Lo que está claro es que, si se opta por seguir con este Cuerpo Técnico y brindarle la confianza, esta no puede ser “Ad referéndum” de los resultados a obtener. Siempre venimos abogando por lo mismo UN PROYECTO INTEGRAL PARA EL FUTBOL, no una apuesta sin sentido al primer mercenario que se encuentre sin trabajo (desde ya no lo digo por Sara).
Tener esto en claro, con sus ventajas y desventajas, puede cambiar la suerte del fútbol de una vez por todas.