Hay frases que se han dicho en el fútbol, terminantes y de una obviedad pasmosa, y que pese a lo obvia, son tan justas que resumen lo que uno podría estar escribiendo o hablando durante horas.
Un ejemplo es la de Bilardo en el entretiempo del partido de los octavos de final del mundial “Italia 90”, cuándo luego de un primer tiempo espantoso de la selección Argentina y de una clara superioridad de la de Brasil, no le hablo a los jugadores en los 15 minutos de descanso y una vez que comenzaron a retornar al campo de juego les dijo:
“Muchachos, si se la siguen dando a los de amarillo vamos a perder el partido”
Sin tener ni una millonésima parte de la sabiduría futbolística del “Narigón” me animo a tirar una frase resumen y decir:
“Defendiendo como lo hace Ferro a lo único que podemos ascender, es a los cielos”
Y no tendría que comentar más, apagar la PC e internarme en un monasterio, cómo para seguir con la onda “mística” de la frase anterior.
Salimos con Miño al arco, línea de cuatro con Grana, Faggioli, Boolsen y Romero. Tres en el medio con Palacio, Machado y Erbes. Arriba Olmedo, Herrera y Retamar.
Iba a dar la formación de Dálmine pero en la cancha, la hinchada de ellos cantaba, “Viola, mi buen amigo” y si el buen amigo hace esas cosas, no me quiero imaginar lo que hacen los malos amigos.
Hago copypaste del comentario anterior y digo, Ferro arrancó jugando unos minuto primeros minutos interesantes, con presión alta que hacía que los defensores de ellos por momentos parecieran jugadores nuestros.
Palacio y Retamar bien abiertos por afuera y que se cerraban cuándo llegaban Grana y Romero. Un medio que no tenía grandes inconvenientes y entre Machado, más un Faggioli que se adelantaba y anticipaba. Erbes distribuía para las bandas, dónde siempre había alguien casi siempre desmarcado. Con búsqueda en la corta o en la larga, Herrera alternaba buenas con malas. Así lo tienen Palacio, con un tiro cruzado demasiado débil y dos cabezazos de Herrera. El primero lo llega a sacar el arquero y el travesaño y el otro lo saca la runfla de Beligoy y su piara de infradotados que, partido a partido, se hacen llamar árbitros, anulando un gol que, al día de hoy, no se sabe porque fue anulado.
Que queden clarísimas dos cosas. La primera es que Ferro no pierde este partido porque el árbitro anula un gol, porque ni cerca eso sería cierto.
La segunda es que, todo lo que señalo cómo positivo, queda opacado por la flojísima tarea defensiva. Creo yo que hace un tiempo largo que no veo un equipo, sea Ferro o del Torneo Interbarrial de Trenque Lauquen al que sea tan fácil hacerle un gol.
Se lo podes hacer, usando las espaldas de los laterales, por los nulos relevos. Se lo podes hacer de un centro cruzado tirando el centro desde el lugar de la cancha que se te ocurra. Se lo podés hacer por presionarlo alto y generándole pérdidas. Se lo podes hacer robándole la pelota en la mitad de cancha y yéndote cara a cara con el arquero, por el mal retroceso. Se lo podés hacer pateando de afuera que, si va al arco es gol y si hay un rebote lo vas a ganar seguro y así podría seguir dando motivos de lo fácil que es hacerle un gol a Ferro.
Lo peor es que a esta altura, todos los equipos lo saben y esa es una ventaja letal, porque en una categoría dónde la mayoría hace un gol y te pone un micro y dos terminales delante del arco, salir a jugar sabiendo que todo lo que tenes que hacer es tener paciencia para hacer el gol y que tenes una variedad enorme de opciones para hacerlo es por demás favorable.
Los goles de Dálmine son los dos iguales, pérdida de pelota, pelotazo a las espaldas de los centrales (en el primero Boolsen le hace el gesto a Miño de que está controlado, cuándo a sus espaldas pasa el siete y se va solo) tiro al arco y a festejar.
Es cierto y por ser cierto no significa que sirva para algo, que el 0-2 era demasiado en un partido dónde Ferro podría haber ido ganando y paga lo que viene haciendo mal desde la primera fecha.
En el segundo Sara manda a Tarón y Díaz por Grana y Romero. La idea es en principio armar una línea de tres, pero lo raro es que los manda a Palacios y a Retamar cómo carrileros los cuales, cómo diría Serrat “Sin saber el oficio y sin vocación”. Ellos se relamen, porque a todas las maneras en que se le puede hacer un gol a Ferro, que antes enumeré, ahora se le suman un equipo completamente desorientado, no solo defensivamente sino en todas sus líneas.
Nos crean un par de situaciones y da la impresión que, cuándo se les antoje se van a mano a mano. La línea de tres es el Titanic, el medio es el Hindenburg, y la delantera es el accidente del aeropuerto de Tenerife. Todo junto es una película catástrofe de cine yanqui.
El DT se da cuenta, desarma este espanto y manda Rodríguez y Villalba por Palacio y Retamar. Afuera los “carrileros”, Faggioli de cuatro, el Perro de tres y los dos centrales.
¿De qué jugó Villalba? ¿Cómo se paró el equipo? Te la debo pero lo que me llama la atención es que el medio y los de arriba juegan todos de espaldas al arco contrario. Todo lleva tres tiempos, parar la pelota, aguantar la inevitable marca y tratar de darse vuelta ¡Muy difícil! No armamos una jugada para quedar de frente al arco y así es muy complicado.
El partido termina con una derrota tremendamente preocupante, por la involución en algo que ya de partida estaba muy mal que es el aspecto defensivo, por la reiteración de errores que venimos repitiendo partido a partido pero principalmente por el desorden que nos gana a medida que avanza el encuentro y las cosas no salen.
¿Qué va a pasar? Obviamente los rumores corren por el Club y la situación es tensa. Particularmente voy a ser polémico y creo que Sara debe seguir ¿Por qué? Simplemente porque estamos cansado de las idas y vueltas, que venga un DT, nos diga que él no armó el plantel, que Ferro es un grande, que promete trabajo etc etc. Pero nuevamente esperar que un golpe de suerte nos dé lo que venimos buscando tampoco es sano.
Claramente el crédito se está terminado, y la caja se va vaciando.
FOTO FERRO OFICIAL
