Si verdolaga, sin comentarios. Para qué llenar el espacio de palabras y explicaciones sobre fútbol cuándo con tres datos, aquellos que siguen el fútbol y aun los que no lo haceny, se van a dar una idea clara de lo que pasó.
- Ferro creo, en 90 minutos, una sola situación de peligro claro y encima lo hizo al minuto 91, casi fuera del partido
- El rival llegó dos veces, hizo un gol y se llevó los tres puntos
- El rival va último (ahora ya no) y debe ser uno de los equipos más flojo de la categoría en una categoría signada por equipos flojos e impresentables.
Esto que no es más que un resumen de lo que pasó en el partido, es razón suficiente para no hacer ningún comentario, pero cómo para esto nos pagan (bah, no me pagan pero algo hay que decir) vamos igual a sumergirnos en este océano de “mala sangre” y tratar de explicar que es lo que pasó el domingo en Caballito.
Salimos con Ruiz al arco, línea de cuatro con Murillo, Díaz, Boolsen y Rodríguez. Dos delante de ellos con Gómez y Mussis. Más adelante Retamar, Blanco y Moreyra. Arriba Levato.
Talleres con 11 mecánicos del ferrocarril Roca.
Hay muchas objeciones a porque el Gordo no mantuvo el equipo que había goleado a Quilmes y cambió Lorenzo, Pinto y Mosca por Díaz, Gómez y Mussis. A mi particularmente no me parece un error en la previa, porque si bien los tres que salían había cumplido bien contra el cervecero, los tres que habían quedado afuera no había sido por rendimiento y ahí cada uno administra el equipo cómo le parece o mantenes un equipo de “hierro” el famoso equipo que sale de memoria o adoptás el viejo paradigma de ”equipo que gana no se toca”. Lo cierto es que, con el “diario del lunes” probablemente haya sido un desacierto, pero no es el más grave y es, por lo menos para mí, justificable.
Lo que si es preocupante cómo se paró ese equipo, y lo que hizo en los 90 minutos. Pero esto probablemente no sea cuestión de nombre sino de planteo.
Porque todos sabemos que los equipos que se le cierran atrás a Ferro, lo hacen sufrir y nunca le encuentra la vuelta. Si hay algo cierto en lo que dice Cordon, es que este partido fue diferente al de Quilmes, pero no solo por el rival, sino por la razón quizás más determinante del buen triunfo de la semana pasada y esto es que Ferro no encontró el gol de entrada y ahí se le complicó cómo siempre.
Buscar lo buscó y los primeros 15 minutos, sin genera riesgo, por lo menos se veía una superioridad en las pelotas divididas, algún tipo de idea para entrarle a las dos líneas de 5 que plantó Talleres, con algo de paciencia, con la búsqueda del pase filtrado de Moreyra o el pase largo a las espaldas de los laterales el ellos.
Pero bastó que los de Escalada le pusieran una marca encima a Blanco, que ya de por sí no estaba en una buena tarde, para que todo se fuera al bombo.
Mussis impreciso, Moreyra apático, Retamar dubitativo así era imposible. El único que más o menos cumplía era Gómez y muy poquito de Levato por lo menos ganando en el cabezazo y presionando en la salida.
EL fondo bien gracias, porque ellos atacaban con uno y cuándo les “daba la loca” dos. El empate para Talleres era sacarse el Quini y el Loto juntos y así jugaba el partido. No era tan físico cómo fue San Miguel, pero se abroquelaba bien atrás.
Ferro jugaba al ritmo de un partido post asado. Nadie cambiaba el ritmo, nadie intentaba el uno contra uno y cuándo la perdíamos veíamos cómo se la llevaban.
El partido era un dolor de ojos.
En el segundo tiempo se imponía cambios. Aunque sea para despertar al equipo, cambiarle el panorama, algo. Pero no, salen los mismos 11 y encima a los 10 minutos ellos se encuentran con el gol.
Córner desde la izquierda, Ferro cómo siempre no deja a nadie para la contra ergo ¡Los 11 están en el área! La pelota cae en el área chica, todos miran y el 6 de ellos, dejando atrás a Boolsen, Levato y Ruiz cabecea, sin saltar y pone el 0-1.
Y si, ya sé, se te lleno el culo de preguntas. Porque son tantas las veces que Ferro tenía que ganar, el rival era supuestamente inferior y perdíamos, que internamente o subconcientemente sabías que no había chance de empatarlo y el equipo pareciera sintió lo mismo.
Porque ellos tuvieron el segundo después que un delantero le sacara a Boolsen una ventaja que parecía que el 6 estaba desgarrado.
Porque desde el banco no hubo reacción porque en diferentes lapso de tiempo Cordon mandó García, Franco x Mussis parecía que la idea era que el ex Morón fuera de punta y Retamar bajara a volantear, cuándo el que pedía el cambio a grito era Moreyra, al cuál se lo banca pero el domingo jugó con el tanque por la mitad
Después manda Mosca y García, Santiago Blanco y Moreyra, y luego a Di Lena y López x Rodríguez y Gómez.
El equipo termina parado con un 4-0-6 o siendo bueno un 4-1-5 con Mosca cómo único medio y tirando pelotazos de 40 metros (para eso entró Di Lena) y regalando pelota, partido y hasta un penal que Ruiz atajó para darnos una pequeña luz de esperanza.
El segundo tiempo del Verde fue lo peor del año y llega justo cuándo cierra la primera rueda, que nos encuentra agarrado de las uñas, adentro del Reducido.
Volvieron todos los errores, pero lo más grave es que volvió la falta de línea de juego. Porque si vas a tirar pelotazos, como hizo Ferro los últimos 30 minutos del partido, por lo menos practicalo cómo para que los receptores sepan dónde ir a buscar la pelota.
Si querés jugar a la “posesión” está bárbaro pero tenes que armar movimientos, afianzar las recepciones y por sobre todos mecanizar los movimientos. Porque el fútbol es habilidad, talento pero también mecanización para que, la manera que vos elijas jugar, la puedas llevar a cabo.
Ferro ahora tiene dos semanas para asumir esta derrota y encontrar respuestas a los problemas que arrastró durante toda la primera rueda. El fixture de las primeras fechas hace que en las primeras 4 juguemos con los tres primeros ¿Lo bueno? Los tres de local (si con signos de interrogación)