Si verdolaga, podemos discutir dos semanas seguidas si Ferro fue a buscar el punto a la cancha de San Miguel y dos semanas más que, de ser así, si el punto servía para algo o no.
Porque es cierto que, un poco milagrosamente y otro poco porque este torneo de impresentables cómo nosotros es así, increíblemente todavía estamos dentro del reducido y dependiendo de nosotros.
Por eso punto y aparte, si salimos a buscar el punto o el partido se dio así mucho no cambia la ecuación, se empató un partido que tranquilamente podríamos haber perdido, mirando el vaso medio vacío o, cómo dijo el DT “Terminamos con el arco en cero” mirando el vaso medio lleno (pero el tema es de que está lleno el vaso)
Salimos con Monllor al arco, línea de cuatro con Murillo, Díaz, Lorenzo y Rodríguez. Doble cinco con Gómez, Mercado. Tres en medio Retamar, Blanco y Gallardo. Arriba Levato.
San Miguel con cinco mozos, dos DJ, dos cocineros y dos barmans todos de los salones.
No había que estudiar mucho al rival ni su DT para saber cómo iba a jugar San Miguel, un “Coleoni” clásico. Presión alta y post pérdida, la cancha bien abierta, salida rápida y juego directo. Siempre jugó así desde la B metro y contra Ferro no fue la excepción, pero extrañamente en casi todo el primer tiempo nos agarraron por sorpresa.
Cada centro al área era un parto o un penal no cobrado (muchachos, nobleza obliga, así cómo señalamos los errores en contra, marquemos también los errores a favor, que no hacen otra cosa de dejar en claro lo que siempre decimos. La granja de retrasados y deficientes mentales que tiene Beligoy es inagotable)
Así cómo en el comentario pasado marcábamos que quizás Monllor podría haber hecho un poco más en los goles de Chicago, esta vez hay que señalar que el 90% del punto que se trajo Ferro de Los Polvorines es responsabilidad de él
San Miguel nos llenó el área de centros porque nuestro conocido Luján le ganó toda la tarde a Murillo y cuándo se tiraba a la izquierda también al Perro.
Yo calculo que en el primer tiempo habremos tenido la pelota, cómo mucho, cinco minutos. Encima sumale que a los 22 minutos sale Retamar por un golpe y entra Cáceres, un volante por izquierda que de externo no tiene mucho y encima hace rato que no jugaba.
Si el primer tiempo termina 0-0 es por lo ya señalado de Monllort y porque ellos son bastante torpes a la hora de definir. No aprovechan las ventajas que da Díaz en la marca y Lorenzo aguanta el chubasco.
En el segundo tiempo parece que la cosa iba a cambiar. Los primeros 10 minutos del período tenemos la pelota más que en la primera etapa. No llegamos con profundidad porque Levato sigue con cierta apatía, Gallardo tampoco es muy explosivo, Blanco no tienen con quien jugar porque Cáceres no se muestra tanto cómo Retamar y esos primeros minutos que tenemos la pelota no generamos mucho.
Pero basta que ellos se cierren un poco mejor para que todo vuelva a ser cómo el primer tiempo.
Perdemos el mediocampo, le “miramos la chapa” en todas la pelotas. Gómez y Mercado hacen lo que pueden pero la pelota y el control del partidos es de ellos.
Vuelven a llover los centros al área. Ya está Arena por Díaz y ellos reciben dentro del área pero por lo menos los centrales no los dejan darse vuelta.
Es muy poco lo que hacemos en ofensiva, nuestra única idea es tirársela a Levato, desde el arco, en los laterales, en los tiros libres y Levato no gana una o mejor dicho, las pocas que ganan termina en los pies de algún jugador de San Miguel.
Si no tenemos o perdimos el medio y no ganamos la segunda pelota, es muy difícil. Las únicas contra que armamos las cerramos mal y en el partido el cero de nuestra parte lo tiene asegurado si ellos no la embocan el 0-0 no lo va a mover nadie.
El final nos encuentra dando por descontado que en esa fecha vamos a quedar afuera del reducido y 24 horas después, el torneo nos da otra oportunidad.
La clasificación al reducido sigue dependiendo de nosotros, pero no hay otra opción que sacar los seis puntos que quedan. Un final de torneo impensado que lo fuimos complicando nosotros con actuaciones malas o buenas pero errando goles.
El futuro es muy incierto, porque aún entrando al reducido uno no tiene el convencimiento de que el equipo esté a la altura. El partido del sábado era una final y el equipo no la jugó de esa manera. Quizás esto sea lo primero a corregir con vista a estas dos últimas fechas y quizás el reducido. No es que falta actitud, hay actitud pero no parece la suficiente para la instancia en la que estamos.