Cuándo salimos de la cancha esta sábado, mi hijo, que tiene la edad de la generación que vio unos años a Ferro en primera y casi toda su vida en el ascenso, me dice.
-“Esto es otro descenso”
Y más allá que al momento de oírlo me pareció un poco exagerado, a medida que pasa los días entiendo más la reflexión.
Estuve muy cerca de no comentar el partido. Hablar de las cosas que sucedieron un sábado que dio mucho para comentar.
Desde el estallido de la gente contra la comisión, de la Barra pegándole cobardemente a pibes que son mucho, pero mucho, más hinchas de Ferro que cualquiera de ellos.
De un nuevo año que puede terminar en frustración, de una CD que cada vez hace peor las cosas y hace más de 10 años que lo hace mal sin la más mínima autocrítica.
Una oposición que cómo respuesta lo único que hace es subir videos infantiles en Instagram.
Otro año en la B y lejos de cualquier pelea…pero cómo todavía hay una chance, quizás no sea el momento de cerrarle el cajón a Ferro. Prometo que la critica o la reflexión la voy a hacer cuándo ya no haya más esperanza, o cuándo milagrosamente hayamos ascendido (juro que no fumé nada) pero por ahora prefiero solo hablar de fútbol.
Y aunque parezca mentira, hablar de fútbol es también un poco, hablar de todas las cosas que se hicieron mal.
Salimos con Monllor al arco, línea de cuatro con Murillo, Díaz, Lorenzo y Rodríguez. Doble cinco con Gómez y Mercado. Tres en el medio Retamar, Blanco y Gallardo Arriba Levato.
Quilmes con 4 IPAS, 3 APA, 2 Stout y 2 Cristal.
Decía (“Otra vez autorreferenciandote gordo ladrón”) que este equipo no había demostrado actitud para jugar las 6 fechas finales de este torneo.
Que no era que habían ido para atrás ni mucho menos, sino que esa actitud que hay que tener cuándo lo que se juega es algo más que un partido normal, este equipo no la había tenido.
Pero además de eso, perdió una línea de juego que en algunos partidos había insinuado.
Porque es cierto que Biggeri es más del “juego directo” que el de posesión, pero en algunos partidos había mostrado que ese juego directo era más que los pelotazos sin sentido que vimos en estos últimos partidos.
Lo peor es que Ferro fue superior a Quilmes en el primer tiempo, sin grandes jugadas asociadas y sin mucha idea, arrimó algún peligro al arco del cervecero.
Lo tuvo dos veces Retamar y en una se la tapó el arquero y en la otra le pego al palo.
Y ahí tenes otros de los tantos motivos por el que estamos en la cuerda floja, porque Ferro asocia los dos peores errores que puede tener un equipo, erra lo que genera e irremediablemente regala uno o dos goles por partido.
Más allá del golpe anímico que puede haber significado que el hijo de mil putas del Línea Acevedo haya llamado al árbitro para decirle que el penal que estaba cobrando (Una supuesta mano de un defensor de Quilmes) no era, cuándo habitualmente estos soretes infradotados ni señalan para dónde es un lateral, no vamos a llorar por eso.
Pero si dos minutos después te haces, literalmente, un gol en contra con cinco jugadores de Ferro en el área y solamente un jugador de Quilmes con alguna remota chance de participar en la jugada, es muy difícil que puedas soñar, no ya entrar al reducido, sino ganar un partido.
En esa jugada se acabó el encuentro, los jugadores, público, televidente y todo el que estuviera viendo el partido sabía que Ferro no lo iba a empatar.
Más cuándo el DT manda a Arena y Sosa x Díaz y Mercado. Lo de Díaz es medio como inexplicable, si no está para jugar 90 minutos ¿Para qué lo ponen?
La inclusión de Sosa, solo se entiende para sumar un delantero abierto, cerrar a Gallardo que casi termina jugando de doble tres, pero no hay claridad ni ideas. Quilmes hace lo que hicieron todos los que vinieron a Caballito este año y tuvieron su regalo de goles de parte nuestra, se cierra atrás y ordenadamente se dedica a sacar los pelotazos que tiramos o a cortar los pases imprecisos que damos.
Ya, perdido por perdido entran Tomasetti y Mosca x Gallardo y Rodríguez y luego Benegas x Gómez. Quedamos expuesto, sin nadie en la contención y todo solo puede terminar con el segundo gol de Quilmes, en off side y que el sorete de Acevedo no cobra.
Final, cómo dije al comienzo una derrota que duele, solo un torneo impresentable cómo este puede hacer posible que no estemos afuera.
Ya habrá tiempo para balances y repensar lo que queremos cómo club, por ahora solo queda ir a Escalada a jugarnos la ropa en un milagro que es realmente muy difícil