Si verdolaga, es increíble pero es real, en todos estos años en el Nacional B siempre fuimos “buenos con los débiles”. Nos ha costado ganarle a los equipos del fondo de la tabla y esta no fue la excepción.
Y ya a esta altura pareciera algo psicológico, es cierto que todos juegan igual, ponen directamente la Termina del Retiro delante del arco, se tiran y piden que los atienda un Médico coreanos especialista en lesiones deportivas y mientras lo van a buscar a Corea (del Norte) ellos se quedan tirados y te pegan hasta cuándo salís a jugar el partido. Todo esto con la anuencia del retrasado enviado por Beligoy de turno.
OK, ya lloré bastante, ahora vamos a señalar que también está en la ingenuidad y falta de ideas nuestra, siempre caer en las artimañas de estos equipos y sufrir más de la cuenta.
Irremediablemente terminamos entrando en lo que proponen ellos, tirando pelotazos (porque a lo del domingo no se le puede llamar pomposamente “Saltar líneas” y mucho menos “juego directo), porque también entramos en las discusiones, nos ponemos nerviosos y zafamos de la roja de milagro.
Salimos con Monllort al arco, cuatro en el fondo con Arena, Boolsen, Lorenzo y Murillo (si, no me equivoco de lateral, Murillo de tres). Dos delante con Gómez y Pinto. Tres en el medio Retamar, Blanco y Franco García. Arriba Levato.
Güemes con 11 gauchos del Caudillo…o los caballos, algo así.
Lo preocupante de este partido, más allá del empate, es que claramente Güemes estudió a Ferro y salió a complicarlo dónde más le duele. Encimó a Retamar y a Franco García, le hizo el dos uno a Blanco y lo atacó por la izquierda sabiendo que Murillo jugaba con la cancha cambiada. Con esto le quitó la dinámica de los comienzos de este Ferro de Biggeri, que venia convirtiendo en los primeros minutos.
El partido se jugó a lo que querían los santiagueños, pelota por el aire, imprecisiones de los dos lados y por sobre todo pocas asociaciones.
Ferro no generaba juego asociado y todo se definía en pelotazos a Levato para ver si, en la segunda pelota, encontrábamos algo. Casi no tuvimos llegadas y encima ellos casi se sacan la lotería.
En una pelota que mueven muy bien de izquierda a derecha y que nosotros “hacemos sombra” pero jamás cortamos, el 9 de ellos queda mano a mano con Monllort y define cruzado.
El 1-0 no nos despertó mucho que digamos, pero por lo menos tampoco nos desesperó. Seguimos imprecisos sin podes armar sociedades y empatar parecía se iba a hacer muy difícil, nadie buscaba el espacio, ni el pase filtrado, hasta que sucedió algo inesperado. Ellos se equivocan y no es eso lo inesperado, sino que por el centro del área entró Arena, el 7 de ellos lo agarra y es un claro penal que Blanco cambia por gol.
El resto del primer tiempo nada cambia, a los santiagueños el empate les sirve y no arriesgan, nosotros no generamos nada.
Para el complemento uno imagina que Ferro habrá tomado nota e intentará cambiar las formas, pero nada de esto sucede, al contrario, aunque parezca imposible, el partido empeora.
Ellos siguen con la sencilla formula de restarle espacios a Retamar y García, controlar a Blanco y jugar a las espaldas de los laterales.
El Técnico manda a Mosca y Sosa x García y Fernandes Pinto, no es mala la idea de apostar a que Claudio le de un poco más de fútbol al equipo o lo libere a Blanco y si bien por algunos minutos el volante se muestra y genera juego, enseguida cae en la vorágine de pelotazos y fricciones que es el partido en el segundo tiempo.
Entran Tomasetti y Gallardo x Blanco y Retamar, tenemos una clara con un tiro de afuera del área de Sosa que revienta el travesaño pero no mucho más. Para peor tenemos algunas desinteligencias defensivas, que nos pueden costar el partido (no sería la primera vez)
Un empate con gusto a poco, que si bien no nos perjudicó en la tabla (es cierto que podríamos estar terceros, pero no perdimos puestos).
Es fundamental encontrar soluciones a cómo jugarle a los equipos que se nos cierran atrás. Obviamente que las soluciones no solo son tácticas, depende además de la capacidad de los jugadores en cómo moverse, pasar la pelota etc.
No se jugó bien, pero no es dramático, quedan siete partidos en dónde nos jugamos entrar al reducido, junto con equipos que también se juegan lo mismo (o evitar el descenso). Hay que profundizar lo que se hizo bien y corregir lo que está mal y esto que suena una obviedad, justamente lo es, pero es lo más difícil de conseguir.